Puede que Bitcoin haya sido la primera tecnología en utilizar una cadena de bloques, pero desde luego no ha sido la última. En pocas palabras, una cadena de bloques es una lista creciente de registros, llamados bloques, que están vinculados mediante criptografía. O dicho de forma aún más sencilla, es una base de datos distribuida mantenida por miles de ordenadores de todo el mundo.
Blockchain tiene muchas aplicaciones, y habrá muchas más en las que todavía no se hayan pensado. Además de criptomonedas, las aplicaciones tienen impacto en la vida real en ámbitos como las finanzas, la sanidad, la administración pública, la propiedad, etc. No es de extrañar que algunos lo llamen el nuevo Internet.
Aunque siempre hay que proceder con cautela a la hora de invertir, no hace falta ser un genio de la informática para empezar. Hoy en día, la experiencia de comprar criptomonedas no difiere de la de comprar cualquier otra cosa en línea: es solo cuestión de unos pocos clics.
La mayoría de las criptomonedas y los tokens se pueden dividir en partes fraccionarias. Eso significa que puedes comprar y vender menos de 1 unidad completa de una criptomoneda individual. Por ejemplo, la unidad más pequeña de bitcoin, llamada satoshi en honor al creador de Bitcoin, es la cien millonésima parte de un bitcoin. Si invirtieras un euro ahora mismo, recibirás 0,00031 bitcoins. De hecho, puedes tener tan solo 0.00000001 bitcoins.
Así que cuando decimos que puedes empezar a invertir con tan solo 10 euros , realmente es así de fácil.
Aunque las criptomonedas existen desde hace diez años, el sector todavía está en pañales. Al igual que los mercados financieros tradicionales, los precios fluctúan, y el momento adecuado puede ayudar. Pero el tren nunca sale realmente de la estación, así que empieza pronto y ten paciencia . A la larga, puede que te lleves una grata sorpresa.
Es muy fácil dejarse cautivar por la enorme riqueza que han acumulado algunos de los primeros usuarios de criptomonedas, especialmente después de la tendencia alcista de 2017. Pero esto no quiere decir que el barco haya zarpado. Como invertir es una carrera de larga distancia, ¡ponte las zapatillas para correr y sal a la carretera! Nunca se sabe, puede que tengas la suerte de formar parte de la próxima corrida alcista.